Miss Dude.

La vi de lejos y sentí algo en mí que no había sentido nunca por una chica, ya me había pasado que me provocara morderle el cuello y arrancarle la boca a una mujer, pero a ella no; yo sentía que quería mirarla por horas, mirar sus ojos, oler su pelo, besar su boca… No quería tocarla, sentía que no le merecía, el tiempo se detuvo e imagine tantas vidas a su lado.

La pesadez de la tarde se hacia sentir, ella dictaba un curso de culinaria en el parque municipal, la encontré por error y su voz me atrajo, que linda era y vocalizaba precioso, mi corazón acelerado marcaba el número de palabras que salían de su boca, el mundo se detuvo y nos encerró en una burbuja de clima perfecto donde la gravedad no existía, donde yo escuchaba su inhalación, su exhalación y sentía su aliento caliente.

Sentía que le amaba y ella no sabia de mi existencia, de mi incoherente manera de amarla, de lo que sentía mi corazón, para ella, yo era un rostro mas de los que se pierden en la multitud. Me obsesionaba la idea de poder tenerla en mis brazos, la seguía a todas partes, me emocionaba pasando esas horas escuchándola mientras en mi cabeza le besaba el alma y la entrepierna. Cuantas noches le ame y ella tal vez fue amada por otra al mismo tiempo.

Cada dia que pasaba, se hacia mas lejana la posibilidad de acercarme y entablar una conversación con ella, la sentía distante como si estuviéramos unidas en la infinidad de mis pensamientos pero en la realidad había un espacio vacío entre las dos, donde no había una guía para llegar a la otra; sentía vergüenza de demostrarle mi realidad vacilante, así que deje pasar el tiempo…

Y ese tiempo lo tomo otra persona, otra mujer mucho mas bella que yo quizás, pero seguro nunca llegaría a amarla como yo ya lo hacia. Era una chica rubia, de ojos color miel, flaquita y de estatura promedio, nada sobrenatural a mi parecer, pero esta chica tuvo la valentía de abrir su corazón y sus piernas primero que yo y por eso gano mi lugar.

Aunque su corazón le perteneciera a otra mis sentimientos no cambiaron hacia ella en lo mas mínimo; la emoción de mis días se reducía a ese momento en el que yo la veía cada tarde, la soledad me servía de abrigo en las mañanas y en las tardes me inundaba la esperanza de tenerla en mi vida , comprendí que me enamore como pendeja de una imagen reflejada en el espejo, irreal, impalpable, ilustrativa, tangencial; ni una palabra cruzada, tal vez alguna mirada perdida, pero mi realidad era triste y su espacio era un vacío, la idealice hermosa y perfecta para mi corazón. Mi cabeza había recreado una inmaculada imagen de ella ¿ Qué porcentaje de realidad tendría mi ser perfecto?

El curso finalizo, pero no mis ganas de amarla, yo frecuentaba algunos lugares que ella también, la chica rubia, ahora el amor de la vida de el amor de mi vida, parecía que amaba de manera juguetona; teníamos algunos amigos en común y había escuchado un par de cosas sobre ella que no me dejaban dormir tranquila, por que el amor de mi vida estaba en las manos de ese ser que al parecer no tenia el corazón tan puro. Yo sentía en mi pecho que Miss Dude sufría con bastante frecuencia y yo sufría con ella. Era como si estuviéramos conectadas en el alma y ella sin saberlo me hacia llorar cuando ella lloraba.

1… 2… 3… 4…y así hasta 8 meses después, se dio mi oportunidad. Fue ella la que me busco, ¡increíble la vida! En esos 8 meses de espera interminable me enamore y me desenamore de ella, le odie, le bese, le sentí, le toque, y justo cuando ya estaba dispuesta a olvidarla y dejar mi corazón volar en busca de lo que se le pegara la gana, ella apareció y me hizo olvidar que el tiempo había pasado y que el momento que había soñado de tenerla en mis manos era una realidad ahora.

Me escribió por una red social que ahora es el pasa tiempo preferido de la gente guapa, obviamente ella y yo pertenecíamos a este selecto grupo, con un par de amigos en común pero sin una comunicación directa. El día en que vi las primeras palabras que me escribió, mi corazón latió tan fuerte que sentía que iba a morir, me faltaba el aire, mis manos sudaban y mi cabeza tenia tantas ideas fugandose que no sabia que responder a un simple hola.